El Ala Este de la Casa Blanca, una estructura de dos plantas que alberga varias oficinas y parte de la residencia principal, será demolida totalmente para dar paso al amplio salón de baile que ha pedido el presidente Donald Trump, pese a que en principio dijo que la nueva estructura no cambiaría la original, asegura el diario The New York Times.
El trabajo de demolición debería ser concretado este fin de semana, para dar al paso a la construcción del salón de baile que tiene un costo estimado de 200 millones de dólares (unos 172,2 millones de euros) con capacidad para recibir a 900 personas, de acuerdo con el diario, que cita a un alto funcionario de la Administración que pidió no dar su nombre.
Cuando Trump dio a conocer sus planes para el salón de baile, aseguró que el Ala Este de la Casa Blanca no se vería afectado por la construcción, y que la nueva instalación iba a estar “separada de manera sustancial” del edificio principal.
Sin embargo, tras una evaluación más profunda, la Casa Blanca determinó que era más barato y estructuralmente más sólido demoler el Ala Este para construir el salón de baile, en lugar de construir una ampliación, dijo la fuente al Times, y aseguró además que se mejorará la seguridad en la nueva instalación.
Las obras para construir la sala de baile encargada por el presidente comenzaron el pasado lunes y será financiada con fondos del propio presidente -cuya suma se desconoce- y contribuciones que el mandatario está recaudando.
El Ala Este fue añadida a la Casa Blanca en 1942.