La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó este viernes que la imposición de nuevos aranceles a productos de China y otros países de Asia no constituye una violación a normas internacionales y rechazó que se trate de medidas de “coerción” dirigidas contra alguna nación en particular.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, la mandataria explicó que la iniciativa forma parte del Paquete Económico 2026 y tiene como objetivo fortalecer la producción nacional y proteger empleos en sectores estratégicos, más que abrir un frente de confrontación comercial.
“No son medidas de coerción y no son contra China. Eso es muy importante. No son medidas contra un país. Tenemos muy buena relación con China y queremos seguir teniendo esa buena relación”, subrayó Sheinbaum.
México y China, en diálogo
El anuncio ocurre después de que el Gobierno chino advirtiera que defenderá sus intereses tras el plan mexicano de fijar aranceles de hasta el 50 % a diversas importaciones, principalmente de origen chino.
El portavoz de la Cancillería, Lin Jian, declaró que Pekín se opone firmemente a cualquier medida de coerción por parte de terceros países, en alusión a Estados Unidos, y defendió la necesidad de una globalización “inclusiva y beneficiosa”.
Sheinbaum respondió que su Gobierno ya ha sostenido conversaciones con autoridades chinas y que la próxima semana habrá nuevas reuniones para discutir la medida.
“Siempre vamos a estar abiertos a las pláticas. No son medidas discriminatorias ni de coerción, es para todos los países con los que no tenemos acuerdo comercial”, insistió.
Alcance de los aranceles
De acuerdo con la Secretaría de Economía, los nuevos gravámenes oscilarán entre el 10 % y el 50 % y se aplicarán a países con los que México carece de tratados de libre comercio, incluyendo China, Corea del Sur, India, Indonesia, Rusia, Tailandia y Turquía, entre otros.
En total, el plan arancelario contempla mil 463 fracciones arancelarias, equivalentes al 8.6 % de las importaciones totales del país, con un valor estimado de 52 mil millones de dólares.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, defendió la medida como un mecanismo para “proteger a la industria nacional frente a prácticas de dumping” que afectan a sectores como textiles, calzado, plásticos y automotriz.
Contexto internacional
La decisión de México se da en medio de un escenario global marcado por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, en la que ambos países han aplicado gravámenes multimillonarios a productos clave de sus economías.
México, principal socio comercial de Estados Unidos bajo el T-MEC, busca equilibrar su relación con el gigante asiático mientras refuerza sus cadenas de suministro internas.
Implicaciones económicas
Analistas han señalado que el impacto inmediato de la medida será encarecer las importaciones en sectores específicos, aunque el Gobierno confía en que incentive la producción nacional y atraiga mayor inversión a industrias locales.
Sheinbaum reiteró que la prioridad es salvaguardar los intereses de México: “El objetivo es fortalecer la producción nacional, no generar conflictos con otros países”.
Con información de EFE