Más de 800 vuelos ya han sido cancelados este viernes en EE.UU., en el primer día de reducción “inédita” del tráfico aéreo, debido a la escasez de controladores aéreos provocada por el cierre del Gobierno, que amenaza con recortes del 4 % al 10 % de las operaciones en las próximas jornadas.
Según el sitio de seguimiento Flightaware, de momento se registran unas 824 cancelaciones, cifra que podría crecer a medida que se reporten más bajas en las torres de control, que ya sufrían por la falta de personal antes de que estos empleados fueran obligados a trabajar sin sueldo hasta nuevo aviso por la falta de fondos federales.
“Tenemos que tomar medidas inéditas porque nos encontramos en una situación sin precedentes con el cierre del Gobierno”, dijo a la cadena CBS el secretario de Transporte, Sean Duffy, quien pidió el fin de la paralización federal, que cumple 38 días, la más larga en la historia estadounidense, sin visos claros de acuerdo en el Senado.
De los 40 aeropuertos afectados, el O’Hare en Chicago (Illinois) encabeza de momento la lista de cancelaciones con unas 40, seguido del Hartsfield-Jackson de Atlanta (Georgia) con 38.
Las aerolíneas con mayor número de vuelos cancelados este viernes están entre las mayores del país: American Airlines (221 vuelos), United (184) y Delta (173), según la empresa de análisis de la industria aérea Cirium, que destaca el “enfoque quirúrgico” para priorizar recortes en rutas de corta distancia.
De acuerdo con Cirium, citado por The New York Times, las interrupciones son relativamente leves de momento y de mantenerse las cifras actuales, este sería el 72º peor día en cuanto a cancelaciones desde principios del año pasado en el país.
La Administración Federal de Aviación (FAA) informa sobre problemas de personal en el O’Hare y los aeropuertos de Ontario (California) y el Newark (Nueva Jersey), que sirve a Nueva York y de manera consistente ha sufrido por la escasez de controladores en las últimas semanas, hasta tener que detener temporalmente todas sus operaciones en fin de semana.
El cierre ha dejado ya una baja de 2.000 controladores aéreos que según las autoridades se han dado de baja y han tomado trabajos provisionales ante la falta de pago.
Millones de viajeros estadounidense podrían verse afectados si esta situación se prolonga de cara al Día de Acción de Gracias, uno de los festivos más importantes del año en el país.
“Vimos controladores trabajando seis días a la semana, jornadas de diez horas”, indicó este viernes Duffy, quien insistió en que esta presión sobre estos profesionales deja cifras que “si bien no eran alarmantes, sí resultaban preocupantes”, por lo que defendió la reducción como una manera de anticiparse a los problemas.
Sin embargo, varios demócratas critican la medida por considerar que es una estrategia de la Administración del presidente republicano, Donald Trump, para forzar a la oposición a ceder en su bloqueo a la propuesta republicana para financiar temporalmente el Gobierno mientras continúan las negociaciones.
Los demócratas condicionan la extensión de los subsidios al programa sanitario Obamacare, que expirarán a fines de año, a su respaldo a la medida para poner fin a la paralización. La mayoría republicana (53) necesita votos de la bancada opositora (45) para que la propuesta pase con los 60 apoyos necesarios.
Los vuelos internacionales en EE.UU. no sufrirán afectaciones, confirma el Gobierno
El secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, confirmó este viernes que los vuelos internacionales no sufrirán afectaciones pese a la reducción del tráfico aéreo forzada por el cierre del Gobierno.
“Los vuelos internacionales no serán afectados. Tenemos tratados internacionales que debemos respetar. Debido a esos acuerdos, no voy a afectar a los vuelos internacionales”, dijo en declaraciones a la prensa desde el aeropuerto Ronald Reagan de Washington.
El secretario agregó que hay países que “están esperando que Estados Unidos incumpla los acuerdos para poder reducir los vuelos estadounidenses” e insistió en que es algo que no va a ocurrir.
Desde este viernes, el tráfico aéreo en Estados Unidos se redujo un 10 % por orden de la Administración Federal de Aviación (FAA) debido a la escasez de unos 2.000 controladores aéreos por el cierre del Gobierno, el más largo de la historia del país.
Según la plataforma FlightAware, más de 800 vuelos han sido cancelados y se registran al menos 1.200 retrasos.
Las grandes aerolíneas del país, como American Airlines, United o Delta, ya anunciaron el jueves que priorizarían mantener las rutas internacionales.
Entre los aeropuertos afectados por la reducción de tráfico aéreo destacan el JFK y LaGuardia, en Nueva York; LAX, en Los Ángeles (California), y O’Hare, en Chicago (Illinois).
También están impactados los de Dallas y Houston (Texas), de Washington DC; los de Miami, Fort Lauderdale, Tampa y Orlando (Florida); Filadelfia (Pensilvania), Atlanta (Georgia), Boston (Massachussetts) y Newark (Nueva Jersey), entre otros.
Según estimaciones del Departamento del Tesoro, unos 4.000 vuelos al día podrían quedarse en tierra debido a las nuevas restricciones, que se implementaron para garantizar la seguridad de los pasajeros.
El cierre de Gobierno comenzó el pasado 1 de octubre por la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas para aprobar en el Senado un presupuesto que permita a las agencias federales seguir operando.
Con 38 días, este es el cierre más largo de la historia, superando el de 2018, en el primer mandato de Donald Trump, que finalizó tras 35 días debido al caos aéreo provocado por la escasez de controladores.
