En apenas cuatro décadas, México dejó de ser un país considerado con una población relativamente sana para convertirse en una nación con graves problemas de salud pública, advirtieron autoridades sanitarias al presentar un balance del impacto del consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.
El subsecretario de Integración Sectorial de la Secretaría de Salud, Eduardo Clark, señaló que en la década de 1980 menos del 10 % de los adultos tenía obesidad. Hoy, en cambio, casi tres de cada cuatro mexicanos adultos padecen sobrepeso u obesidad, una cifra alarmante que sitúa al país entre los de mayor prevalencia en el mundo.
Diabetes e hipertensión, en aumento
El panorama no es menos grave en otros indicadores. Clark explicó que la diabetes pasó de menos de 2 millones de casos en los años 80 a afectar al 18 % de la población adulta, es decir, más de 20 millones de personas.
Asimismo, la hipertensión arterial, antes marginal, ahora afecta a uno de cada tres adultos. A ello se suma que las muertes por enfermedades del corazón se triplicaron: en 1980, 60 de cada mil defunciones estaban relacionadas con cardiopatías; hoy, la cifra se elevó a 163.
“Esta crisis no era inevitable. Es una crisis asociada a la epidemia del consumo de refrescos y comida chatarra en nuestro país”, sentenció el funcionario.
Carga insostenible para el sistema de salud
El subsecretario alertó que las enfermedades crónicas vinculadas al sobrepeso ya representan un costo económico y humano insostenible. Cada año, cerca de 100 mil personas requieren diálisis o hemodiálisis, tratamientos de altísimo costo que significan conectarse tres veces por semana a una máquina para seguir con vida.
El gasto anual por paciente de este tipo ronda los 415 mil pesos (20.750 dólares), lo que implica que el sistema de salud destina alrededor de 180 mil millones de pesos (9.000 millones de dólares) cada año solo para atender complicaciones relacionadas con la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
De acuerdo con los datos presentados, el 40 % de las consultas médicas en el IMSS están relacionadas con alguno de estos padecimientos.
El peso del consumo de refrescos
México ocupa el primer lugar mundial en consumo de refrescos, con un promedio de 166 litros anuales por persona. Un solo envase de 600 mililitros contiene hasta 15 cucharadas de azúcar, detalló Clark, al subrayar que estas bebidas son la principal fuente de azúcar en la dieta nacional.
El impacto es devastador: cada año se registran 27 mil amputaciones por complicaciones diabéticas y la diabetes se ha consolidado como la segunda causa de muerte en México, con casi 100 mil fallecimientos anuales.
Medidas para revertir la tendencia
Clark advirtió que, de no implementarse medidas contundentes, el sistema de salud “no será capaz de soportar la carga” en los próximos años.
Entre las propuestas destacadas está el aumento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas azucaradas, contemplado en el Paquete Económico 2026. La intención, dijo, es desincentivar el consumo y “doblar la curva” de crecimiento de estas enfermedades crónicas.
“La evidencia muestra que gravar productos dañinos para la salud ayuda a reducir su consumo. Nuestro objetivo es proteger a la población y garantizar la sostenibilidad del sistema de salud”, señaló el funcionario.
Una llamada de atención
El balance presentado en Palacio Nacional busca generar conciencia sobre la magnitud del problema y al mismo tiempo respaldar la política pública que se discute en el Congreso.
En palabras de Clark, México enfrenta una emergencia de salud pública que no puede seguir posponiéndose: “En 40 años pasamos de ser un país sano a un país enfermo. Revertir esta tendencia es una tarea de Estado”.
Con información de EFE